Casa de aperos como vivienda: requisitos, ventajas e inconvenientes
Una casa de aperos es una construcción que se realiza en terreno rústico para guardar las herramientas y los utensilios de labranza. Sin embargo, muchas personas sueñan con convertir una casa de aperos en vivienda, ya sea por motivos económicos, ecológicos o de estilo de vida.
¿Es posible legalizar una casa de aperos como vivienda? ¿Qué requisitos se deben cumplir? ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene? ¿Qué alternativas existen para vivir en una casa de aperos? En este artículo te responderemos a estas y otras preguntas relacionadas con este tema.
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¿Qué es una casa de aperos?
Una casa de aperos es una construcción que se realiza en terreno rústico, normalmente dentro de una finca agrícola o ganadera, para guardar las herramientas y los utensilios necesarios para el desarrollo de la actividad. Se trata de una edificación auxiliar y complementaria al uso principal del suelo, que no puede tener carácter residencial ni recreativo.
Las características y dimensiones de una casa de aperos dependen de la normativa urbanística de cada municipio, pero por lo general suelen ser construcciones de pequeño tamaño (entre 10 y 20 m2), de una sola planta, con una altura máxima de unos 3 metros y sin instalaciones sanitarias ni cocina. Además, deben estar construidas con materiales tradicionales y respetar la estética del entorno rural.
Para construir o instalar una casa de aperos en terreno rústico se necesita solicitar una licencia de obra al ayuntamiento correspondiente, presentando un proyecto técnico firmado por un profesional cualificado y una memoria agronómica que justifique la necesidad y la finalidad de la construcción. También se deben pagar las tasas e impuestos correspondientes y cumplir con las normas ambientales y sectoriales que sean aplicables.
¿Se puede utilizar una casa de aperos como vivienda?
La respuesta corta es no. Una casa de aperos no es una vivienda, sino una construcción destinada exclusivamente al uso agrícola o ganadero. Por tanto, no se puede utilizar como residencia habitual ni ocasional, ni tampoco se puede empadronar en ella ni solicitar servicios básicos como luz o agua.
Utilizar una casa de aperos como vivienda es ilegal y puede acarrear sanciones administrativas e incluso penales. Además, supone un riesgo para la seguridad y la salud de las personas que la habitan, ya que no cuenta con las condiciones mínimas de habitabilidad ni con las garantías técnicas y jurídicas que tiene una vivienda legalizada.
Algunas personas intentan legalizar una casa de aperos como vivienda mediante el recurso a la prescripción urbanística, que es el plazo que tiene la administración para iniciar un expediente sancionador por una infracción urbanística. Sin embargo, este plazo varía según la comunidad autónoma (entre 4 y 15 años) y no implica la legalización automática de la construcción, sino solo la imposibilidad de demolerla o restaurarla al estado anterior. Para legalizar una casa de aperos como vivienda se deben cumplir los mismos requisitos que para construir una vivienda nueva en terreno rústico, lo que suele ser muy difícil o imposible en la mayoría de los casos.
¿Cómo convertir una casa de aperos en vivienda?
¿Qué ventajas e inconvenientes tiene vivir en una casa de aperos?
Vivir en una casa de aperos puede tener algunas ventajas, como las siguientes:
- Ahorro económico: Una casa de aperos suele tener un coste de construcción o instalación muy inferior al de una vivienda convencional, lo que puede suponer un ahorro significativo para las personas con pocos recursos o que quieren vivir de forma sencilla y austera.
- Contacto con la naturaleza: Una casa de aperos suele estar ubicada en un entorno rural, rodeada de vegetación y animales, lo que puede favorecer el contacto con la naturaleza y el disfrute de sus beneficios para la salud física y mental.
- Autosuficiencia: Una casa de aperos puede funcionar con energías renovables, como la solar o la eólica, y aprovechar los recursos naturales disponibles, como el agua de lluvia o el compostaje, lo que puede contribuir a la autosuficiencia y a la reducción del impacto ambiental.
Sin embargo, vivir en una casa de aperos también tiene muchos inconvenientes, como los siguientes:
- Ilegalidad: Como ya hemos explicado, utilizar una casa de aperos como vivienda es ilegal y puede suponer multas, órdenes de demolición e incluso responsabilidades penales. Además, implica renunciar a derechos básicos como el empadronamiento, la asistencia sanitaria o la educación.
- Inseguridad: Una casa de aperos no cuenta con las condiciones mínimas de habitabilidad ni con las garantías técnicas y jurídicas que tiene una vivienda legalizada. Por tanto, puede suponer un riesgo para la seguridad y la salud de las personas que la habitan, especialmente en caso de incendio, inundación o derrumbe.
- Incomodidad: Una casa de aperos suele tener un tamaño muy reducido y carecer de instalaciones sanitarias o cocina. Por tanto, puede resultar muy incómoda para vivir, especialmente si se comparte con otras personas o se tiene que hacer frente a las condiciones climáticas adversas.
¿Qué alternativas existen para vivir en una casa de aperos?
Si te gusta la idea de vivir en una casa de aperos pero no quieres asumir los riesgos y las dificultades que implica, existen algunas alternativas que pueden interesarte:
- Vivienda modular: Se trata de una vivienda prefabricada que se ensambla a partir de módulos transportables. Tiene la ventaja de que se puede adaptar al gusto y al presupuesto del cliente, y se puede instalar en poco tiempo y con menos trámites que una vivienda convencional. Sin embargo, también se necesita solicitar una licencia de obra y cumplir con la normativa urbanística vigente.
- Vivienda ecológica: Se trata de una vivienda que respeta el medio ambiente y utiliza materiales naturales y reciclados. Tiene la ventaja de que reduce el impacto ambiental y el consumo energético, y se integra mejor en el entorno rural. Sin embargo, también se necesita solicitar una licencia de obra y cumplir con la normativa urbanística vigente.
- Vivienda móvil: Se trata de una vivienda que se puede trasladar fácilmente de un lugar a otro. Tiene la ventaja de que ofrece mayor flexibilidad y libertad para cambiar de ubicación y de estilo de vida. Sin embargo, también se necesita solicitar una licencia de ocupación del suelo y cumplir con la normativa de tráfico y seguridad vial.
Conclusión
Vivir en una casa de aperos puede parecer una opción atractiva para las personas que buscan una vida sencilla, ecológica y rural. Sin embargo, se trata de una opción ilegal, insegura e incómoda, que puede acarrear graves consecuencias legales y personales. Por tanto, lo más recomendable es optar por otras alternativas que permitan disfrutar de una vivienda legalizada, segura y cómoda en terreno rústico.